miércoles, 19 de noviembre de 2008

Novela... Núm. 6

Capítulo I

El Rescate

“Johanna”

Por Alberto Galindo,




Johanna :

Juventud y belleza, están en ti... y son toda armonía.
Oropeles de ilusión son tus cabellos... una sinfonía.
Hacen, adornan y engalanan tu cuerpo y tu vida.
Amarte y desearte, es en ti todo uno... alma mía.
Nutres y confortas, todo... lo que hoy te da la vida.
Nunca cambias, eres constante... una adorable utopía.
Ardiente, pura y serena, como una sublime ambrosia.



Medellín, Octubre 15 de 2004



Introducción


- “El pensamiento, tiene varias escalas y/o, grados; de acuerdo a ellos se vive y muere; y son determinantes en nuestro futuro, en esta dimensión, o, en otras”. -

Llegaremos a encontrar por fin, al amor ideal buscado y tan anhelado; en este ensayo literario; o, histórico, sobre un sueño que fue realizado; o, idealizado con intensidad y osadía; en el cual, el arar y el sembrar, no fue precisamente una acción en el desierto; porque su cosecha y su recolección, resultó esta vez llena de dulces, grandes sorpresas y alegrías. Donde la prolongación del estado ideal, se perpetuó en todo el acto y basándose en la inteligencia, se llegó al clímax del amor, en y para, todos los sentidos; venciendo aquello de que amar, no es siempre el hecho, de prepararse, para volver a sufrir y sobretodo a morir.

Te necesito...

Naufrago, mi dueña, en la vida yo soy,
luego, sin rumbo y solitario yo voy.
Pero desde tu llegada, el rumbo logré,
y por tus ojos, mi faro, el rumbo recobré.

Tus ojos me dijeron... yo soy la que te dé la fe;
pues, desde hace mucho tiempo yo te esperé.
Hasta el día en el que, mi preciosa, yo te hallé,
y desde entonces, siento... que ahora... yo soy.

La esperanza recobré y solo por el sendero no voy,
y es por la esperanza... la que mi alma en ti ve.
Luego, mi amor... la tristeza y la soledad olvidé,
y ahora... por ti mi vida... contigo siempre yo voy.

Llegaste... cuando ya cansado... yo te esperé,
con la sola esperanza de tu amor de hoy.
Por tu cariño y tu presencia que tanto esperé,
me has devuelto la vida... y así por el mundo voy.

Veamos entonces, ligeramente, un cuadro sobre la protagonista del sueño titulado “El Rescate”; o, “Johanna” : Se trata de la vida y obra de una dama antioqueña muy linda, hermosa y elegante, de 23 años recién cumplidos (nació un 7 de julio de 1981.) Además, madrugadora, trabajadora y constante, quien gracias a su gran cualidad: la tenacidad, llega a los mejores estados mentales y corporales. En el momento del “encuentro o, del rescate”; Johanna ha tenido dos grandes amores que marcaron su vida para siempre (con Harley, el primero, duró ocho años y con Orson, el segundo, solo dos.) Sin embargo, tuvo algunos otros contactos personales cortos que le dejaron, tanto, alegrías como sinsabores; y además, un digamos que “accidente”, del cual resultó embarazada de una linda bebé, hoy motivo de sus alegrías y desvelos. Hasta que en un atardecer muy fresco, conoce a un hombre, mayor que ella, con quien percibe, desde el primer momento, el amor verdadero; o sea, aquel que lo entrega todo a cambio de nada; y casualmente, por la magia del amor, ese sentimiento resultó recíproco.


Tú, mi verdadero amor...

Mi vida, no lo había sentido así,
tan intenso, mi amor... y tan puro.
Como este cariño que siento por ti,
y es así, aunque yo... sea ya maduro.

Y hoy ya te quiero... por ti ya todo sufrí,
al pensar en perderte... cuando más te quiero.
Y con cariño de verdad, amor, así lo sentí,
más sé... que fuiste sin un beso mía... espero.

Te inspiré amor... eso yo ya lo intuí,
amor de verdad, y sin pasión... te quiero.
Con ese amor que solo se siente por ti,
mi dueña... ojos de niña y labios carmesí.

Pero, hay amor... como te quiero... a ti,
desde que ayer té vi... fue lo primero.
Este amor grande que siento por ti,
y así fue, mi vida... tan puro y sincero.

Tu deseo de ayudar... aquel día, fue a mí,
en una visita, cuando la atendías con esmero.
Fueron de esas cosas que pasan... cuando te vi,
y al despedirme... mirándome, me dijiste... te quiero.

Fueron esos los detalles que me enamoraron de ti,
y hoy al recordarlo... debo saber que te quiero.
Con sorpresa veo que a quien adoro... es a ti,
y aunque el mundo este lleno, solo a ti te quiero.

Suceden los acontecimientos, en un barrio estrato tres de la ciudad de Medellín; en donde la pobreza campea con la comodidad y en donde la plenitud rompe con la necesidad. Son pues, los amantes, poseedores de una gran experiencia en el amor (a pesar de la juventud de Jhohanna.) Además, y principalmente, los dos resuelven, de común acuerdo, ejercer mucho tacto y disimulo en la relación; para no empalagarse mutuamente y para no llegar así a cansarse; y finalmente, para no despertar chismes y algarabías, dentro del vecindario. Llega Johanna a la vida de Sergio, un Administrador jubilado; mujeriego a morir, hasta que la conoce. Llenándolo esta vez, de alegría y de entusiasmo para vivir. Se transforma para él, en un ser indispensable, pues, ya no sabe como vivir sin su estímulo; al igual que sin su charla agradable, franca y sincera.

Para Sergio, Johanna es la plenitud en persona; la amabilidad y el candor son el soporte de su vida. Es como el “rescate” a su vida; en el fondo, solitaria y triste. Llevada así, poco antes de haberla conocido; no, sin, haber tenido con otras chicas del barrio, algunos encuentros, pero, sin nada positivo y que solo, le trajeron sinsabores, ansiedad y nostalgia y más soledad. Hasta que Johanna, por fin, llega a su vida, para iluminarla y darle sentido a su existencia vacía y cansada; tanto... hasta el punto, de ya no quererla, de ya no desearla, de sentirla insatisfecha y truncada, desde que su (también, muy joven) esposa, le abandonara para irse a vivir al exterior.

Johanna...

Son tus pétalos olorosos un bálsamo,
cual fragante flor de Julio un capullo.
Es suave tu piel blanca una caricia,
que invita al amor... es todo un tónico.

Por tus campos querer recorrer y ser tuyo,
mi amada de grandes ojos verdes... sin malicia.
Bellos como campiña... a donde ir si huyo,
y es, al amor de tu verdad, al que debo la primicia.

Luego, iremos relatando la vida, y, sobre todo, la forma de pensar de esta joven y bella damita... toda una hermosa y aparentemente, frágil, mujer: Johanna, quien por amor, realizó uno de los actos más sublimes, como es el de brindar una oportunidad, a un ser cansado de vivir y sin esperanza para ello; rescatándolo de la amargura en que subsistía, para llevarlo a un estado lleno de alegría y de amor. Desde ese preciso momento, en el que Sergio, se atrevió a hablarle de amor a su admirada y además, a preguntarle, por su fecha de nacimiento; la cual guardó y conservó en su corazón como un tesoro. Igualmente, le mostró con temor a ser rechazado, los versos enamorados e inspirados por ella... escritos la noche en que la conoció. Quien sorpresivamente, con delicadeza y ternura, los agradeció en el acto, con una sonrisa enamorada y franca, que, en aquel suceso, transmitía esperanza y fuerza sentimental, como una fiel mensajera de nuevas y grandes noticias.


La Tempestad

Tú llegaste a la tempestad de mi vida,
Johanna del alma y mi muy amada.
Llegaste para aplacar ilusiones sufridas,
por esto té vivo agradecido... ya te esperaba.

Otros encontrarás, mi vida... que te den amor,
Johanna... olvida sufrimientos y desvelos.
Que yo sabré hacerte salir de ellos y sin temor,
llorando... solo consigues de lágrimas riachuelos.

Hoy ilusionado... solo te espero con amor,
eres para mí... una bella mujer, sincera y noble.
Y es que no deja de ser repentino este amor,
pero así... duro, dulce y fuerte, como un roble.

Sácame por favor, mi vida... del olvido,
devuélveme la paz y el deseo del recuerdo vivo.
Ya soy tuyo hoy... aunque sea escondido,
porque vivo y muero por tu esperanza viva.


Nunca se supo, con exactitud cuando comenzó todo; lo que sí puedo asegurar, es que se amaron y con locura. Todo fue de un momento a otro; a la espera del regreso del trabajo de la amada, para luego, dar libertad a los sentimientos transmitidos por medio de miradas y coqueteos que a la corta distancia (ya que eran vecinos) se transformaron en recíproca animación e invitación, a la gran fiesta del amor eterno. Pues, esos saludos, a base de pequeñas pero intensas miradas; acompañadas por suaves, pero manifiestos apretones de mano que a su vez, contestaban al amor ya sentido. Fueron la iniciación a lo que podríamos describir, como una subida al cielo, y/o, un viaje a las estrellas.




Johanna, tus manos...

Al sentir tus manos, mi vida, aquella noche,
y al saludarte con una leve mirada a tu rostro.
Fue un acto... lleno de amor y con derroche,
que hoy me ha revivido y transformado en otro.

Y fue por tu figura... la que aquella noche,
relucía provocativa envolvente y coqueta.
Haciendo soltar los frenos del coche,
que transporta al amor hacia la meta.

Y al recibir, mi vida, el saludo de tus manos,
que apretaron muy suavemente a las mías.
Correspondiendo así al amor que hoy callamos,
para protegerlo y llegar al frenesí... sí se porfía.

Por ello... siempre, espero con ansia el momento,
en el que llegues del trabajo y me saludes.
Soltando con ello... del amor un lamento,
de dolor, por tanta pasión... llegada por aludes.

Desde ese instante mi Johanna... solo espero,
se repita, mi dueña, por siempre todo aquello.
Ese apretar y ese soltar de tus amorosas manos,
es ya nunca... poder olvidar a este amor tan puro.

Y (repito) nunca, se supo con exactitud, cuando comenzó de verdad esta relación, pero, lo que sí se supo, fue que se amaron repentina e intensamente. La amada, cuyo signo Cáncer y cuya flor preferida, la rosa roja; y cuyo deporte preferido, el patinaje y el baile; fuera de tener como principal distracción ver T.V. y dormir mucho (seguro que para poder soñar.) En adelante... así fue, con ella, todo y siempre a la espera del regreso de su trabajo. Johanna; quien finalmente, era abordada por Sergio, para luego, ya en su apartamento, dar libertad a los sentimientos amorosos; en una gran fiesta (sin invitados) del amor verdadero. Así, esta ex-estudiante de sicología y azafata por inspiración, demostró que sabía volar, pues, transportaba a su amado, por las nubes más altas, que, cargadas del amor y del éxtasis complementario, hacían de lo grande y sincero, una relación sin par.

Pero, leamos la novela y sabremos si todo lo aquí anunciado, se cumple; realizando así, un amor como pocos, por lo sentido y soñado. Según lo manifiesta, este preámbulo, en forma clara, franca y escueta.

Hermosa...

Tú, hermosa mujercita de julio en flor,
desde que te vi, mi amor... ya te esperaba.
Eres toda sencillez, dulzura y candor,
y tú, llagaste a mí... donde yo estaba.

Yo ya averiguaba por ti y tu esplendor,
tu cuerpo esbelto... tu juventud me cautivó.
Para en adelante ser tu amigo y servidor,
y así, muy ilusionado... tu ser me motivó.

Para establecer una linda relación de amor,
cuenta pues, conmigo... mi bien, sin igual.
Yo soy libre y tú también mi amor,
tengamos hermandad y ayuda espiritual.

Ser tu amigo, mi amor, luego porque no,
también tu compañero, asistente y servidor.
Conformaremos entonces, un amor eterno,
de esos que duran toda la vida y con amor.

Hasta que tú lo quieras, sin irte a estorbar,
será con amor... sobretodo con ternura.
Y entonces... los dos nos sabremos ya amar.
para que nos dure... se prolongue sin amargura,

Todo, lo que solo puede la unión de corazones,
al estar cerca o lejos, ser tu amigo del alma.
Sin escuchar a los demás, sus opiniones,
solos en la vida, tú y yo, mi hermosa del alma.


Finalmente, y, resumiendo, encontramos a Johanna; hija de una enfermera profesional y madre soltera; muy amada por su joven madre y por su respetuoso padrastro, de quien tiene dos hermanitas, a quienes adora. Nacida en Medellín, criada y educada en Santa Bárbara (Antioquia) al sur de Medellín, cerca al Río Cauca; de clima caliente y muy agradable por lo venteado. En su adolescencia Johanna conoce a Harley, un joven de su misma edad, con quien experimenta el amor en toda la plenitud de muchachos inexpertos; sus primeras caricias y besos; sus primeras lágrimas por amor, y desde luego, que sus primeras ilusiones y desilusiones; a la vez que sus primeros sueños. Con el muchacho conoce la traición y hasta el desengaño amoroso. Luego, intima con Orson; con quien llega la experiencia y el pleno conocimiento de la vida; pero, por un viaje intempestivo que Orson tiene que realizar; el idilio se rompe, al principio temporalmente y luego definitivamente. Así, con el tiempo, Johanna, deja todo y se dedica a su pequeña bebé, dándose por muy bien servida con su pasado; para proyectarse ilusionada y con fuerza hacia el futuro.


El Encuentro.

El amor es el gran refugio del hombre contra la soledad, la inmensa soledad que le ha impuesto la naturaleza, la especie y las leyes eternas. (Henri Bataille.)

Sergio, un hombre de 57 años de edad, de gran experiencia y muy sufrido en la vida sentimental. Ha llevado una existencia llena de sinsabores y experiencias poco halagadoras. Solo ha conocido la alegría que le han prodigado, principalmente, dos de sus hijos: Sandra y Jhon; de sus diez hijos (engendrados en cuatro mujeres.) Además, de 16 nietos. Como es natural, Sergio, ha amado intensamente y ha sufrido igualmente. Por su manera de ser abierta y espontánea, ha tenido que soportar tanto las críticas de sus allegados, como las consecuencias de ser así... bonachón por excelencia; Sergio goza haciendo el bien y prodigándose a los demás y a sí mismo; como también dándose en cuerpo y alma a quien lo necesite. Ha tenido multitud de amores, pero que recuerde, ninguno que le haya correspondido, como él lo esperó. A edad muy temprana, experimentó la situación de ser (hijo único) de una persona muy importante. Asistiendo y conociendo Presidentes, jefes de partido y políticos muy importantes. Así fue, como conoció la vida superficial y ficticia de la alta sociedad Bogotana.

Nacido y criado entre los libros; Sergio fue dueño de una gran instrucción, tanto en filosofía, como en literatura y política. Además, con conocimientos sobre economía y ciencias en general, Sergio era capaz de sostener y de a abordar, cualquier conversación que se le pusiera por delante. Sergio, como Administrador de Empresas; que era, poseía además, una personalidad muy fuerte, absorbente y complicada, hasta tal punto, que a veces, ni él mismo se entendía. Pero no era feliz, ni fue feliz, hasta que conoció a Johanna, quien, con inteligencia y gran paciencia, le supo dar, lo que él tanto necesitaba ... amor de verdad.

Desde que te vi...

Desde el día que te vi... te esperaba,
por tu rostro, tu figura y tu alma pura.
Me enamoré de ti en aquella alborada,
para jamás olvidar de ti tanta dulzura.

Fue así... porque, ya te esperaba,
desde que vi tu rostro y tu figura.
Para convertirte en mi amada,
por siempre mi dueña y sin ruptura.

A pesar de todo eres y serás mi bien amada,
así lo eres y así lo serás mi eterna dulzura.
Porque, esto fue lo que me inspiró mi amada,
el mucho amor que brota de tu alma pura.

Sin cansancio, serás mi amada,
a través del tiempo y con bravura.
En mi mente, estarás tú, mi amada,
hasta que llegue el día de mi sepultura.

Fueron tiempos de explosión social, cuando el trabajo escaseaba y las oportunidades no eran halagüeñas. Cuando, cada día, los pobres eran más pobres y los ricos más ricos. Todo, por una economía basada en la mala administración y distribución de la riqueza, que todavía no quería aprender que el Trabajo y el Capital van de la mano; y que con una repartición equitativa del usufructo de las ganancias, puede superar, así, tanto la oferta como la demanda y equilibrar los costos y beneficios, de por lo menos los bienes y servicios básicos de una sociedad de consumo. Regla de oro, de una economía moderna, integrada e integral en los niveles local y mundial. Que naturalmente, suena hueca a las grandes firmas y conglomerados absorbentes de la economía primitiva y atrabiliaria imperante. Donde además, la planificación de la producción, la distribución y el consumo, no son del resorte de la macroeconomía del Estado. Esta, únicamente a la orden del apetito voraz de los Bancos Internacionales. Así funcionarios y representantes, lacayos del “Capitalismo”, de la economía primitiva y absorbente que obedecen solo las órdenes del exterior; siendo sordos a los clamores sociales que así desintegran a una Nación asfixiada y moribunda.

La consolidación.

Resultó, que una tarde Sergio, fue presentado a Johanna, por una amiga suya, siendo desde el primer momento su admirador y servidor irrestricto. Se gustaron y de hecho comenzó entre ellos una amistad, en la cual los dos disfrutaban mutuamente de la compañía y de la charla muy animada que sostenían, la bella rubia estudiante de Sicología y el Administrador jubilado. Johanna recibe en su apartamento una llamada de Sergio: - Hola Johanna soy Sergio, quiero verte en tu apartamento hoy, con el objeto de mostrarte algo que creo, de pronto te guste. ¿Que te parece, si te voy a visitar esta noche? – Johanna, complacida, invita a Sergio a que la visite en su apartamento, esa misma noche. Sergio llega muy elegante, saluda de beso en la mejilla a Johanna y le dice: – Te cuento, mi querida Johanna que estos versos los hice para ti, léelos y dime de verdad como te parecen. – Johanna, se toma su tiempo, los lee y relee, para finalmente decirle (mirándole, fijamente a los ojos) que estaban muy bien hechos y que lo felicitaba por tanto talento desplegado en ellos. – Creo que tus versos están llenos de amor y comunican calor humano, son buenos, gracias por dedicármelos. De verdad, no merezco tanta amabilidad y amorosa deferencia de tu parte. – Sergio que se entretenía mirando jugar a unas niñas, por el balcón del apartamento de Johanna, repentinamente dando un giro sobre sí mismo y recostándose en la baranda del balcón, replica así a Johanna: - No creas que ha sido fácil hacerlos, he gastado dos noches para resolverlos y perfeccionarlos. – Era la confesión más sincera que Sergio podía hacerle a Johanna, poseedora de una capacidad de análisis excepcional. Sergio, luego se volteó nuevamente y miró a la calle, donde jugaban todavía las dos niñas que repetían sin cesar: - Soy una reina ... soy una reina ... - Lo cual, daba a Sergio mucho en que pensar, interiormente, Sergio se decía: - Humm ... reinas de que, será... de belleza. - Pero para su perplejidad, en su infantil fantasía, sí jugaban a que eran reinas de verdad, pues, oyó decir a una de ellas que le obedeciera, en nombre del poder que ella creía tener. La estaba mandando de verdad y le daba una orden de verdad. Entre tanto, Johanna, ya terminaba de examinar los poemas de Sergio y se disponía a dar de comer a su bebita y a dormirla. En ese momento, Sergio, sintiéndose inoportuno por el acto maternal, se paró de la silla y se despidió de Johanna; no sin ella, rogarle que se quedara otro rato, a lo cual Sergio, le manifestó que era mejor irse y que al otro día, regresaría al anochecer. Después de un fuerte apretón de manos, Sergio se alejó de la estancia, dobló la esquina y penetró en su casa, para no salir más. Se encerró en su biblioteca, para dedicarse de lleno a escribir el libro de su vida, sobre otros sueños y otros anhelos, tenidos, en tiempos y lugares; de los cuales adelanto algo, en esta obra, de la serie “Onírica.”







La soñadora.

Con sacrificio, puede ser que *logres poco, pero, sin sacrificio, es seguro que no lograrás nada. -

El perfil de mi amada, era pues, el de mujer, echada para adelante, en todo, hasta en las adversidades. Ella sostenía (como, profunda lectora de S. Freud) que aunque ella estuviese durmiendo, su cabecita, permanecía trabajando, no a toda máquina, pero si en el estado subconsciente, que era el predilecto de esta mujer de armas tomar. Ya que le gustaba dormir mucho, porque, el sueño para ella, era como un estado base, para la vida onírica, que, ella tanto prefería. Seguro porque sus sueños más íntimos se tornaban realidad. Y que además, en ese estado la actividad síquica se volvía superior a lo normal. A ella le parecía que al soñar, esto, le permitía, liberarse de todo lo malo que le ocurriese. Sus obsesiones y sus delirios le resultaban normales, como lo eran sus sueños, a su conciencia despierta aunque desconocidos le eran sus orígenes.

Así, le resultaba muy fácil la transformación de sus ideas latentes soñadas, como prueba, para ella, de que este contenido: - Era material psíquico de primera mano (según Freud.) - Por esto, le gustaba soñar cosas relacionadas con sus antiguos amores, para así recordarlos y de paso vivirlos. *En otras palabras, hacer realidad sus sueños más profundos e íntimos; volviendo, congruente la incongruencia, como una verdadera manifestación de las simples y francas realizaciones de sus deseos; dándole, además, sentido a lo vivido y a lo soñado; integrando, uno o varios elementos, para hacer más congruente lo soñado, procurando de paso la condensación de su sueño anhelado. Pera ello se servía de estímulos con alusiones diurnas de sus antiguos amores; lo cual, era también conseguido, por medio de la visión, de los retratos, que, tan celosamente guardaba. Ya que, también, sabía que las elaboraciones oníricas, no toman a su cargo, sino, el contenido objetivo de las ideas latentes. Así, conseguía prácticamente, verlos, hasta en sueños a color. – *Para la construcción de la fachada del sueño, se emplean, con suma frecuencia, fantasías optativas que se hallan ya formadas en las ideas latentes, y, que, son del mismo género que las que conocemos, por pertenecer a nuestra vida despierta; y las llamamos, apropiadamente << sueños diurnos >>. Las fantasías optativas que el análisis descubre, en los sueños nocturnos; revelan, ser repeticiones y transformaciones de escenas antiguas y de este modo, nos muestra inmediatamente, la fachada del sueño; en algunos de éstos, el verdadero, nódulo, del mismo, pero, desfigurado por la mezcla con otros materiales. – ( * Apartes sacados del libro de S. Freud: “La Interpretación de los Sueños”. Ed. Círculo de Lectores S.A. Pág. 47)



- Aunque parezca inconexo, se trata de envolver lo irreal con lo real y hacerlo aparecer factible y/o, realizable primero en la imaginación y luego en la vida real. Es la historia del alma y la imaginación (del ego) en su lucha por la sobre-vivencia espiritual ante el Creador. - Algo así como un eremita que vive fuera de la realidad, que se abstrae del mundo, pero, que no se abstrae de sí mismo. Se describe además, en las circunstancias fantásticas del ermitaño, en su reino, en la soledad del bosque, en los azulados límites del horizonte, pero que no piensa que las fantasiosas circunstancias en que funciona su pensamiento puro. Vive convencido, de que la patética irrealidad del solitario, es mil veces preferible, a la irrealidad cómica de quien se da al pensamiento puro. El apasionado olvido del solitario que arranca el mundo de sí, es mil veces preferible, para él, a la cómica distracción del pensador Histórico-universal que acaba olvidándose hasta de sí mismo. – (Apartes tomados de “Temor y Temblor” de Soren Kierkegaard. Ed. Altaya. Pág. 29.)

Jhohanna, estaba convencida de que era mejor (según S. Freud) comprender al hombre, de sus sueños, desde la sicología y no desde su fisiología. Y en general, esta fue su pauta, en su vida espiritual; que, a partir, de asociaciones de ideas, era como, el fundamento, para desarrollar sus ansias de saberlo todo, a cerca, del hombre y llegar así, al Sub-consiente. Asimismo, era como, en sus charlas, dejaba hablar libremente a sus interlocutores, tomando nota de todo ello, en su espléndida memoria. Resultaba por consiguiente una gran consejera y una amiga insustituible.

El papel de los sueños, desempeñaba, para ella la expresión de sus deseos más íntimos y los indicadores más importantes del subconsciente; ya que otra de sus fórmulas, para practicar en la vida, era esa, que, dice: - Conócete, a ti misma... y lo conocerás todo... hasta la felicidad. – De igual forma, Johanna, siempre prefirió la amistad franca y sincera, sin egoísmos e hipocresías. Esa, fue como la marca de su destino. Los libros de historia, para ella, no eran otra cosa que el estudio del hombre bajo su sicología. Y esa, era seguro, la principal base para querer dormir a toda hora. Sentía, que liberaba su espíritu del poder de la naturaleza exterior, al desligar el alma, de las cadenas naturales del exterior. Ya que sabía muy bien, por sus lecturas de S. Freud (su preferido) que las obsesiones y los delirios; son tan extraños, a la conciencia normal, como lo son los sueños a la conciencia despierta; a la que pertenecen los desconocidos orígenes del fenómeno. - La transformación, de las ideas latentes del sueño, en el contenido manifiesto, merece toda atención, por ser este, el primer ejemplo conocido, de la versión de un material psíquico, de una forma expresiva a otra diferente; siendo, que, la primera, es perfectamente comprensible y viéndose obligados, en cambio, a efectuar una penosa labor y a servirse como de guía. para penetrar en la inteligencia, de la segunda; aunque también, se tenga que reconocer, como un remordimiento, de nuestra actividad psíquica. – (Apartes tomados de “La interpretación de los sueños.” De Sigmund Freud. Ed. Círculo de lectores S.A. Pág. 27)

Finalmente, Johanna, afirmaba: - “Que ningún sueño es producido por sentimientos distintos a los del egoísmo. Su - yo - en el sueño, solo la representa a ella y solamente a ella, a nadie más”. - Ya que se identifica con él, son sus propios actos, los que allí son representados, y, solo ella, los comprendía e interpretaba. Comprendía igualmente, sus fantasías, motivaciones, represiones, fronteras, simbologías y hasta sus desgracias; eran para ella como la fuente de verdaderas inspiraciones. No, sin desconocerlos, como un “eco” universal, recogido por el subconsciente, que al amanecer de un nuevo día, es llevado al consiente. Para ser reconocidos, íntimamente como visiones y mensajes. Determinados, desde luego, que, por su edad, sexo, y, preparación intelectual e individualidad. Consideraba, que, llegando a la profundidad de sus sueños, además, hallaría, los diferentes estados de la mente; tanto individual, como, en ciertos momentos, colectiva. – Se ha hecho observar acertadamente que una de las principales peculiaridades de la vida onírica, surge ya en el estado de adormecimiento anterior al de reposo, y, que debe considerarse como el fenómeno inicial de este último. Lo característico del estado de vigilia, es, que la actividad mental, procede por conceptos y no por imágenes. En cambio, el sueño, se manifiesta principalmente en imágenes y puede observarse, que, las aproximaciones, al estado de reposo; en la misma medida, en que las actividades voluntarias se muestran cohibidas, surgen representaciones involuntarias, constituidas en su totalidad por imágenes. - (Apartes tomados de “La interpretación de los sueños.” De Sigmund Freud. Ed. Círculo de lectores S.A. Pág. 105)

Volviendo a nuestra mini-historia, agrego: que esta se cumplió, Johanna y Sergio se casaron y fueron muy felices.


FIN


POEMAS


Te pienso...

Mi amor... si, tú de mí te acuerdas,
por esto... por el solo hecho de hacerlo.
El saber, que tú, de mí te acuerdas,
para mí, es un vaso lleno... sin romperlo.

Atándome a ti, a mi vida... con cuerdas,
de esas que no se rompen... con quererlo.
Para entender que de mí... no te pierdas,
y amarte así... toda... toda, y sin saberlo.

Porque son tantas las veces... que me enfermas,
de ese... de tu amor... el no tenerlo.
Porque sin ti, me refugiaría en las tabernas,
aliciente fiel a una pena... por no poseerlo. A. G.

Tú, mujercita...

Tú... mi mujercita, mi linda de bellos ojos,
dime... tú, cómo no admirarte y no quererte,
cómo... así... mi vida, no satisfacer tus antojos.

Y para eso consisto... para contemplar tus ojos,
para consentirte a ti mi amor... para amarte,
para darte mi vida entera y no despojos.

Así será... ser el dueño de tus ojos,
para darte de mi vida todo... y complacerte,
para luego... acariciarte toda... toda... por manojos. A. G.


Tu mirar...

Tiene la fuerza y luz de la ensoñación,
del mar, mi vida... en toda su grandeza.
Que anima, arrulla y fortalece a mi corazón,
esto... cuando me acerco a ti... con entereza.

Nutres mi dueña... a mi alma de pasión,
por estimar, cuán raro estoy por tu tristeza.
Que con solo, admirarte... desde aquella gran ocasión,
fue cuando supe... que serías mía... y con fuerza. A. G.



La Bondad.

La bondad de tu proceder,
me parece a la de un ángel.
Que se me supo aparecer,
sí... fue desde el día aquel.

Sí mi vida... como ayer,
cuando todo sería de miel.
Tú y yo... ese acontecer,
seríamos felices y sin hiel.

Porque yo te sabré comprender,
y siempre... te seré fiel.
Del día... el dulce atardecer,
amor fuerte... y no de papel. A. G.


Junto a ti...

Junto a ti, mi dueña... mi alma llenas,
mi vida, mi ser y mi corazón laten,
como todo lo que corre por mis venas.

Solo tú... y al enamorarte no me apenas,
porque has sabido quitar de mí la parte,
esa que me atormenta... y es tu pena.

Muero, entonces poco a poco en esa faena,
cuando vuelvo a mirar de ti esa parte,
que me reclama a gritos... y es tu pena.

Pero al gozar por un momento del arte,
que es en tu vida... amor... otro tema,
el de amarte de ese modo... al desearte. A. G.



Siempre tuyo.

Como las aves del cielo,
yo soy tuyo por siempre.
A pesar de mi desvelo,
yo te amaré por siempre.

Y mi pensamiento alza vuelo,
hacia ti mi amor... siempre.
Hay veces que me revelo,
por amarte así... por siempre.

No niego... que eres mi cielo,
y lo serás por siempre.
Te llevo en mi vuelo,
a la eternidad... y por siempre.

Y si... te lo revelo,
recuerda... que fue por siempre.
Así... y desde el cielo,
allí, te esperaré... y para siempre. A. G.


Desde que te vi...

Desde el día que te vi... ya te esperaba,
por tu rostro, tu figura... tu alma pura.
Me enamoré de ti, sí de ti... aquella alborada,
para jamás olvidar de ti... tu tierna dulzura.

Y fue así... cielo... pues, ya te esperaba,
desde que vi tu rostro y tu figura.
Para así convertirte... cielo... en mi muy amada,
por siempre mi dueña, en mi... tu alma pura

Por todo eres y serás mi bien amada,
así eres y lo será mi eterna dulzura.
Esto fue lo que me inspiró... mi amada,
el mucho amor que brota de tu alma pura.

Sin cansancio, serás tú mi bien... mi amada,
a través del eterno tiempo y con bravura.
Y en mi mente, estarás tú, mi amada,
hasta que llegue el día de mi sepultura. A. G.



Aquella caricia que me hiciste.

Sábelo bien mi amor... que así te quiero,
desde aquella tierna caricia que tú me hiciste.
Me enamoré de ti y hoy solo espero,
que repitas y termines lo que me hiciste.

Solo tú mi dueña... sabes que me muero,
por sentir de nuevo aquello... que me diste.
Fue como algo que ya hoy siempre espero,
y me acostumbré... a la caricia que me hiciste.

Espero que repitas y termines lo que hiciste,
por eso... solo... tú sabes que me muero.
Por la energía difundida, cuando... lo hiciste,
o, enseñarme a vivir sin ella... eso espero. A. G.


Sentir tu amor...

Sentir el amor que vi en tus ojos,
y para conseguir la dicha y la felicidad.
Como una alegría que solo calma mis antojos,
esos que hoy... y siempre siento en mi intimidad.

Ser tuyo así... y sin medida, sin abrojos,
se me vuelve desde ya, en una necesidad.
Extraño el dejar de ver en tus ojos,
ese amor que tu me das... con sinceridad. A. G.


No tardes...

Regresa pronto alma mía, a calmar mi ardor,
ese, mi vida, el que despertaste aquella tarde,
Y tú mi cielo, ven pronto... mi amor,
te necesito... tanto y tanto... no me tardes.

Te esperaré mi vida, por siempre y con amor,
con ese amor... que se aviva cuando tardas.
Cual llamarada... me quema... me llena de ardor,
ese... que me despertaste... desde aquella bella tarde. A. G.







Te necesito...

Naufrago por ti en la vida yo soy,
Luego... amor, sin rumbo y solitario yo voy.
Pero desde tu llegada, el rumbo yo logré,
por tus ojos... mi faro, el rumbo recobré.

Tus ojos me dijeron... yo soy la fe,
pues, desde hace mucho tiempo yo te esperé.
Hasta el día en el que te hallé,
ya... y desde entonces, siento que... yo soy.

La ilusión recobré... y por el sendero yo voy,
es la esperanza... mi alma que en ti ve.
Luego... ya la tristeza y la soledad olvidé,
ahora... por ti mi vida, contigo yo voy.

Pues, tú llegaste justo cuando cansado... te esperé,
por la sola esperanza de tu amor... hoy.
Con tu cariño... tu presencia que tanto esperé,
me ha devuelto a la vida... así voy. A. G.


Eres canción...

Eres tú en mi amor, canción... eres poesía,
eres tú recuerdo, eres tú para mí todo.
Esto eres, mi amor... desde que fuiste mía,
y así... nunca mi bien... poder olvidarlo todo.

Jamás imaginé mi vida, mi ángel... aquel día,
que todo iba a suceder... de ese modo.
Cómo te amé al saber que tú existías,
y por ese gran amor... se descubrió todo.

Y así comenzó todo, mi vida, aquel día,
en el que con un beso... te di todo.
Para dejar a “Cupido”, con quién se envía,
y llega inspiración... el amor, la pasión... todo.

Y aprovechar el momento en el que porfía,
para escribirte... amor... y poder así, contarte todo.
En estas francas y sinceras líneas, alma mía,
para que perduren ya... cuando yo sea... lodo.

Lo más bello mi vida, fue aquel día,
que a pesar de todo y contra todo.
Con la intención de un beso... fuiste mía,
para amarte por siempre... y de ese modo. A. G.



Tus recuerdos...

Danzan y cantan... y es en mi mente,
son mi vida... son mi amor... tus recuerdos.
Es algo que nace y que nunca miente,
que se llevan... muy dentro, son tus recuerdos.

Son algo que no tiene pasado ni presente,
son constantes... fijos... esos, amor... son tus recuerdos.
Porque, mi cielo... en mi... esos están siempre,
de día, de noche y son tus recuerdos.

Hoy como ayer... a pesar de la gente,
yo mi amor, sigo pensando en esos recuerdos.
Siempre permanecen, se me ven en la frente,
do quiera que voy... y son tus recuerdos.

Tuyos mi amor, esos son hoy y siempre,
de ti mi cielo y son tus recuerdos.
Aunque pase mucho tiempo y tú estés ausente,
acudo y acudiré eternamente, a esos... tus recuerdos.

Y cuando estés lejos y de manera permanente,
siempre llegaré... mi adorada, a esos tus recuerdos.
Para calmar mi ansiedad, por ser tan fervientes,
tan constantes y tan fijos... son tus recuerdos.

Por eso... danzan y cantan en mi mente,
mi amor... mi vida y son tus recuerdos.
Que me atrapan desde ayer, hoy y siempre,
sin dejarme un instante y son tus recuerdos. A. G.


Tu llegada...

Tú llegaste a mí para quedarte,
porque tú fuiste para mí todo.
Hasta quedar en mí... al separarte,
estar siempre así... de ese modo.

Solo estoy... sin dejar de amarte,
porque tú eres como respirarlo todo.
Y fue tu llegada, para quedarte,
tú mi vida, para mí todo.

Fue todo... para mí al quedarte,
tú siempre fuiste para mí todo.
Pues, ya nunca yo pude olvidarte,
te amé tanto... de ese modo.

Con el tiempo... aprendí a amarte,
en mi alcoba... a mi modo.
Tanto... que pienso que al quedarte,
no hubieras sido... para mí... todo. A. G.




El fallo.

Perdido... sin razón... sin ti hoy me siento,
cuando ya ni en el tiempo te hallo.
Es que yo no puedo dejarte... lo presiento,
y al recordarte... y al comprobarlo... yo callo.

No... yo no puedo olvidarte ni un momento,
mi amor... a pesar de estar perdido callo.
Para que en un día... en nuestro encuentro,
los dos sepamos que fue por nuestro fallo.

Así lo quisimos... y entonces hoy al viento,
soltamos este amor, para que como un bayo.
Se reviente por correr solo y en contraviento,
y así permanecer unidos... solo con el pensamiento.

Mi vida, hoy no puedo... decir si miento,
reconocer que es por ti... que me hallo.
Este amor, ahora en sueños y al viento,
y luego, solo... con tu recuerdo... yo callo.

Por eso... yo no puedo soportar el sufrimiento,
lento... muy lento... tortuoso... el de este fallo.
Por vivir sin verte... sentirte... ni un momento,
hasta cuando lo quieras y rompas... ese fallo. A. G.



Tus Ojos de Niña.

Amo tus ojos de niña cuando se cierran y porfían,
por encima de un diminuto beso... estampado en tu mejilla.
Porque amor es... morir a veces en un solo día,
y otras tantas... al devorar el pensamiento en una silla.

Es la resurrección y el tormento de la inmediata agonía,
y es como una fuente de convivencia y de ilusiones.
Hoy en medio de alegrías y dolores sufre y confía,
es este amor que tarde... crece y madura sin pasiones. A. G.


Tú, mi verdadero amor.

Mi vida... yo no lo había sentido así,
hoy mi cielo, tan intenso y tan puro.
Como este cariño que yo siento por ti,
es así, aunque yo sea ya muy maduro.

Así te quiero... por ti ya todo sufrí,
al pensar en perderte cuando más te quiero.
Con pasión... cariño de verdad... así lo sentí,
pues sin advertirlo... eres mi tesoro... te prefiero.

Me inspiras el amor... todo... ya lo intuí,
amor de verdad... y con pasión te quiero,
Con amor... que solo se siente por ti,
ojos de niña... amo a tus labios carmesíes.

Amor... como te quiero... y es a ti,
desde el día que te vi... fue primero,
Este amor tan grande que siento por ti,
y fue, mi amor, tan puro y sincero.

Fueron los detalles... que me enamoraron de ti,
hoy al recordarlo... debo saber que te quiero.
Con sorpresa... veo que te quiero... a ti,
aunque el mundo este lleno... a ti quiero. A. G.



Amo a la otra...

Amo y recuerdo por siempre a la otra,
y esa otra a quien amo... eres tú.
Y porque ya tú has cambiado... eres otra,
sin embargo, mi amor... hoy sigues siendo tú.

A pesar de todo, quiero a la otra,
y también a mi dueña... que eres tú.
Porque sin dejar de ser tú la otra,
a quien amo y quiero, ella... eres tú.

¿Pero como saber que no eres... la otra?
No puedo olvidar que ella... también eres tú.
¿Será tu ausencia... que hace ser la otra?
Pero en mi corazón... la otra... eres tú.

Mi vida... de cielo a tierra... eres otra,
e igual, mi amor, esa distancia eres tú.
Pues, ya no puedo vivir sin la otra,
así la amo... pues esa distancia eres tú.

Yo vivo en mi pensamiento con la otra,
a quien amo en mis sueños... eres tú.
Y dormido corro a buscar a la otra,
pero cuando yo la alcanzo... ella eres tú.

Así paso el tiempo... queriendo a la otra,
entonces, espero a la otra que eres tú.
A la una amo... quiero a la otra,
hasta olvidar que aquella otra... fuiste solo tú.

Me dio su amor sin sexo... la una,
pero, me dio sexo sin amor... la otra.
Por eso mi vida... amo a la una,
y yo quiero, dueña mía... a la otra. A. G.



Y gracias al fin...

Gracias mi amor... por haberte conocido,
por haber llenado toda mi vida.
Por darme tu amor... ¿tu olvido?
Entonces, no hubieses sido mi vida.

Gracias... por permitir con el olvido,
que nunca esperé en la vida.
Fue llegar a ser un olivo,
Fuerte... tenaz en amor y vida.

Gracias... te doy por tu olvido,
siendo tú... amor de mi vida.
Llenarla... de recuerdo, amor y olvido,
pero feliz... por solo esto... tú mi vida.

Gracias... por ser yo, tu preferido,
de esa forma... en tu vida,
Nunca me contentaré con algo parecido,
solo contigo, mi amada... mi vida.

Gracias mi amor... por haberte conocido,
sé que fui... en tu vida.
Amor secreto... por los dos elegido,
para así, nunca... llegar al olvido. A. G.



Recibir algo de ti...

Mi dueña... al mecerse las palmeras,
sé arrullan, mi vida... nuestras almas.
Mi amor, por tu lado viaja,
por el mío... recibo tus quimeras.

Pero yo... consciente de este amor,
como lo es... un amor imposible.
Yo vida... hasta ser tu señor,
te amaré siempre hasta lo indecible.

Sabes bien... así es este amor,
y así lo será por siempre.
Por tu causa y por siempre,
hasta encontrarnos... solos... así mi amor. A. G.



Tú me enseñaste, con ese beso todo...

Amarte, así... de ese modo... secreto,
privarme tus labios... solo tus mejillas.
A escondidas... ocultos y en secreto,
y nunca poder olvidar... esas hurtadillas.

Siempre... el corredor... a la entrada,
doy mi amor... en un beso.
Solo tus mejillas... a la entrada,
te entrego todo... en ese beso.

Y yo siempre allí te espero,
si me permites en ese beso.
Que siento como si fuese entero,
con agonía yo siempre lo espero.

Muero por esa demostración de amor,
mi ser anhelante... muere un poco.
Hasta que llega... “momento de amor”,
ese encendido beso... dado por pocos.

Por un beso tuyo... me muero,
por ese beso... yo olvido todo.
Con ese beso, me siento entero,
sin saber ya... de mi... todo.

Como me gustas... así te quiero,
cada día más... de ti enamorado.
Este amor por ti... mi lucero,
con ese beso, te he amado. A. G.






Descubrir.

Ayer descubrí, mi vida... que también tu ser,
al besarte las mejillas, eran caricias que sentías.
Lo mismo yo al dártelas, te hacía estremecer,
llenando gozoso el corazón... y sentir mil melodías.

Que diferenciaba de las otras... ese tu ser,
porque eran en mi amor, energía pura contenida.
Desde que me tú permitiste volverlo a hacer,
mi cielo... cuando las reanudé... fue mi vida.

Fueron... el alimento de mi corazón así hambriento,
de esos besos tiernos, dados en tus mejillas.
Tus ojos entrecerrados... al confirmarlo y ya sedientos,
capaces de tocar el fondo de mi ser.

Y que momento más sublime... y todo miré,
aquello aporta en el acto todo mi ser.
Que hace que por ello viva y suspire,
hasta internarme en tu pelo... besarte y estremecer.

Y así darte mucho amor y mucha ternura,
suficiente para el amor... cuando es muy duro.
Que exento de pasión... solo mi alma pura,
es cuando ese amor... se proyecta al futuro. A. G.



Amantes en secreto.

Es muchas veces, el estado preferido,
de los mil enamorados de verdad.
Lejos muy lejos, del mundanal ruido,
los Chismes, los cuentos... la maldad.

Por ello... feliz de lo ocurrido,
Intenso... es este amor de verdad.
Que se manifiesta sin haberse ido,
y hasta aguantar... toda una tempestad.

El amor secreto despierta lo aguerrido,
de un corazón luchando con sinceridad.
Cada palabra es y ha sido,
de un amor secreto... sin maldad.

Son gestos... son lo más querido,
cuando así se siente de verdad.
Amor, es como pocos... muy sufrido,
al sentirlo... es feliz de verdad.

Sin arrepentirse... nunca de lo sucedido,
Por este amor secreto por piedad.
Mata todo, sin aún haberse ido,
es preferible el dulce secreto compartido.

Acostumbra a quien lo ha sufrido,
Hace falta aún hasta con saciedad.
Llena la imaginación... lo ha sentido,
hasta hacer realidad a tanta espontaneidad.

Sufriendo, por quien no se ha ido,
por sentirlo así y de verdad.
Hasta actuar y reventar lo sufrido,
realizarlo y experimentarlo todo sin maldad.

Sin otro camino... el secreto compartido,
amor oculto, se acrecienta de verdad.
Y entonces, todo sentimiento es preferido,
tal acción no conoce la soledad. A. G.


Tuyo en la distancia.

Sentirte... lejos pero cerca de ti mi vida,
es mejor mil veces a no sentirte nunca.
Por la crueldad con que acompañó tu ida,
ya sin sentir por mí... el amor nunca.

No puedo ya dejar de amarte mi vida,
sé mi amor, que no puedo olvidarte nunca,
Ser tuyo mi cielo... lo sabes mi vida,
y lo ignoras sin piedad, no sentida nunca.

Amor por ti más fuerte que mi vida,
a pesar de todo, no te dejaré nunca.
Mi amor, sin ti ya no tengo vida,
Yo prefiero el morir, el desfallecer... dejarte nunca.

Hoy... así este amor me cause la ida,
yo prefiero, el sentirlo que el olvidarlo... nunca.
Por lo maravilloso que es sentirlo mi vida,
representada en ti, para yo no olvidarte nunca.

Pero aún... cómplices del gran secreto, mi vida,
este amor sentido en silencio, sin acabar nunca.
Mejor que renunciar a ti, en otra vida,
vivir sin el secreto que mi alma busca.

A citarte toda entera... en sueños mi vida,
nos encontraremos, mi dueña, allí... tú mi amor.
Amor onírico, ahí... te encuentro a ti vida,
en mis noches... para amarte toda... sin temor. A. G.


Seres como tú...

Vida... cuando tú no estás en mi pensamiento,
¿Por qué? me pregunto... y a veces sufriendo.
¿Te llevo muy dentro, solo en mi entendimiento?
¿Quieres que lo nuestro lo lleve el viento?

Y las cosas como tú... son para adorarlas,
permanecen, mi cielo, en uno solo para siempre.
Y sin gastarlas... mi dueña... son para conservarlas,
llevan amor... a cada instante en la mente.

¿Hasta cuando alargarás mi vida, a este tormento?
pude, mi amor, negar que al pensarte miento.
Reconoce mi cielo que pensándote... vivo un momento.
Porque eres mi pasión, mi alegría... buen viento.A. G.



Lágrimas...

Son esas lágrimas tuyas, aquellas las que brotan,
en ti mi vida... torturan mi alma paciente,
y son aquellas las que persisten al brotar.
Lágrimas de dolor en mi alma... celo insuficiente,
son por tu independencia... y así al brotar.

Aquellas que se vierten por este amor intenso,
que hieren a mi alma enamorada y doliente,
con otro andas de la mano, al comienzo.
Así lo siento... aunque tu ser no miente,
Sin importarte, mi amor... este mi dolor intenso.

Será mi vida... corazón... ingrato por no saber,
ignorar... que por ti muero... mi alma matas,
es precisamente cuando tú te paseas... sin entender.
E ignorando mi llanto por tu ausencia... tardas,
sabes tomar fresco, con otro en tú haber.

Son mi vida, el precio de este amor,
pero mi cielo... que cuando me haces feliz,
por ti siento ardor... me mata con dolor.
Así voy eternamente, a pesar de tu desliz,
lo hace siempre de verdad y con amor. A. G.



Tus Ojos de Niña.

Amo tus ojos de niña... cuando cierran... porfían,
debajo de un diminuto beso estampando tu mejilla.
¿Porque morir... muchas veces en un solo día?
¿Y otras tantas, devorar... el pensamiento... una maravilla?

Es la resurrección... tormento de la futura agonía,
este amor propone, surge, crece y se madura.
En medio de alegrías y dolores sufre... confía,
como fuente de convivencia, tú mi alma pura. A. G.


Tú, mi verdadero amor...

Mi vida... yo no lo había sentido así,
tan intenso mi amor... y es tan puro.
Como es este cariño que siento por ti,
y es así, aunque yo sea ya maduro.

Hoy te quiero y por ti todo sufrí,
por temer el perderte cuando más te quiero.
Y con cariño de verdad, así lo sentí,
¿Fuiste ayer en un beso mía? Eso espero.

Te inspiro amor... eso yo ya lo intuí,
amor de verdad, sin pasión yo te quiero.
Con ese amor que solo siento por ti,
ojos de niña... es así como te quiero.

Pero hay amor... como te quiero a ti,
desde que ayer té vi, fue lo primero.
Este amor muy grande que siento por ti,
así fue, mi vida, tan puro y sincero.

Fueron detalles que me enamoraron... solo de ti,
hoy al recordarlo... debo saber que te quiero.
Con sorpresa veo quien amo... es a ti,
en el mundo lleno, solo a ti quiero. A. G.



Poco importa.

Que tengas el otro, eso... ya no importa,
y tampoco... el cómo me llamen... al soportar.
Ser tuyo mi vida... es lo que importa,
si soy yo quien lo va a soportar.

Solo sé que soy, quien así se comporta,
un mundo irreal... solo a mí me importa.
Me conformo con migajas... mi amor así comporta,
y tal cariño, ese... a nadie le importa.

Que tengas otro... es a mí que importa,
y nunca se metan... repite... quien lo soporta.
Así te quiero... así te adoro, que importa,
si me das cariño... mi ser lo soporta. A. G.


Tú, mi vida...

Tú vida... que sin ti no es vida,
y cómo hacer para que vuelva a ser.
Tú mi vida, vida que contigo es vida,
como te amo... como goza así mi ser.

Porque mi vida... yo soy tuyo, solo tuyo,
y ya... de nadie más volveré a ser.
Sábelo bien... tú mi en flor en capullo,
que eres mi única amada y mi ser.

Y así yo nunca... nunca seré de otra,
solo tú ocupas y ocuparás todo mi ser.
Y ya jamás... nadie entrará en la costra,
de heridas por ti dejadas en mi ser.

Tú... vida, mi bien amada y mi adorada,
llegaste a mi... para quedarte en mi ser.
Nunca saldrás de mí... aunque yo sea nada,
porque cosas como tú... llenan todo mi ser.

Yo no podré jamás recuperarme de las heridas,
dejadas por ti... mi dueña... en mi ser.
Cuando no te tengo... mi vida es sufrida,
no aguantaré sin ti... mi cielo... mi ser.

Eso repito... tú vida que contigo es vida,
tú mi vida... sin ti no es vida.
Una vida sin ti... no quiero mi vida,
tú... solo tú... mi amor, llenas mi vida. A. G.




Tu indiferencia...

Es tu indiferencia, a veces sentida hacia mí,
la que me mata... tu falta de cariño.
Mi amor... es que me acostumbré a ti,
sufro, solo por ti... sufro como un niño.

Jamás yo pensé en lo que me embarqué,
y que fuera así... con todo este sufrir.
no me imaginé... que gozo el que experimenté,
el día... en el que te supe descubrir.

Y luego... cuando al fin tu boca besé,
ese día, mi amor... se suspendió mi sufrir.
Nunca con otra volver, eso... yo lo sé,
hoy solo quiero... tus instantes... volver a vivir.

Fueron esos, los primeros instantes de nuestro amor,
así vividos intensamente... hoy, mi cielo, al recordar.
Aquellos que tú seguramente... recuerdas y sin amor,
sábelo... que te sentí mía... al intentarte besar. A. G.



Tu presencia.

Ya solo tu presencia, solo eso me queda,
me has quitado a pocos... de una vez.
Pero mi amor... sigue tal y como quedó,
incólume y fuerte, lleno e invencible, así es.

Solo, sin ti... mi corazón quedó hasta viejo,
así me ha tocado vivir, así... sin ti.
Solo con tus recuerdos... con tu presencia... lejos,
es lo que tengo... poder vivir sin ti.

Y mi vida... no puedo acercarme a ti,
aunque yo lo quiera... porque sé... te molesta.
Luego, tendré que enterrarte viva y en mí,
solo dentro de mi corazón... en forma modesta.

Pero niña... tenerte... hoy solo en mi mente,
es mi quimera... de ti una foto tengo.
Con rayito de tu pelo... mi alma silente,
así amor... siempre en mi mente te retengo.

Y así, sin embargo, vida... yo te quiero,
por el hecho, de cuando en cuando... verte.
Verte... mirarte... aunque sea de lejos, hoy quiero,
porque son tus recuerdos... mi consuelo al verte. A. G.


Morir lentamente.

Y amarte así, verte así, es morir lentamente,
de la mano mientras con otro tú estés.
Y alargo... mi propia agonía por un instante,
cuando en la mejilla te beso... do estés.

Así soy tuyo... así te quiero lo bastante,
como para preferir morir cuando tú no estas.
Desde que la lluvia llegó, fue un instante,
que mis penas lavó, allí do tú estas.

Porque soy tuyo y morir prefiero do estés,
a perderte... a no saber do tú estas.
Te sigo... seguiré toda mi vida do estés,
no puedo ya olvidarte... muero si no estas.

Y tiemblo, vibro cuando delante yo te tengo,
no me explico tu proceder... cuando tú estas.
Te amo y que gozo cuando te retengo,
pero cuando te vas... quedo pensando, do estas.

Y yo sufro mi vida... por ti eternamente,
obsesión... pasión que me lleva do tú estés.
Sin dejar de pensarte por un solo instante,
por la gloria de tenerte... amarte do estés. A. G.




Alborada.

En todas partes, cada día te amo más,
Y cada mañana, mi vida... yo contigo estoy.
Porque lo que ya nos separa... puede más,
es tu juventud... no tu corazón de hoy.

Mi dueña... te amo... lo sé, es más,
tú también... pero aún no lo sabes hoy.
Y si el tiempo volvemos atrás, sabremos más,
que el amor secreto, de tu vida... soy.

Así... amor verdadero que dura ayer y hoy,
por él apuesta, cielo... y así ganas más.
Eso lo yo siento porque trasciende donde estoy,
sé... a pesar de todo... tú me amas.

Es más, nosotros debemos tomar una resolución hoy,
dejemos sin daño al corazón que puede más.
No sigamos, mi amor... hiriendo este amor hoy,
si no puede morir, lo vamos enfermando más.

¿Acaso yo no puedo vivir sin ti hoy?
De pronto yo te hago falta... es más,
tú me extrañas... aún no lo sabes hoy,
y mañana cuando lo descubras, no será más.

Porque mi vida está cifrada en ti hoy,
ya no puede sin ti seguir caminando más.
¿Es acaso amor... que a donde yo voy,
tú no has intentado de mi saber más?

Y hasta cuando seguirá esta trama de hoy,
será que uno de los dos cederá más?
Pero mi dueña que solo eres tú hoy,
¿Porqué sigues excluyéndolo, cada día más y más? A. G.



Tus ojos...

Vida... que será lo que tienes al mirar,
cuando dejas a tus ojos siquiera el parpadear.
De lejos, de cerca, como trasciende tu mirar,
se siente la fuerza de ese... tu mirar.

Yo soy esclavo... del mirar de tus ojos,
porque son bellos... y como crecen al mirar.
La fuerza del amor expresado en esos ojos,
me pierdo o desfallezco... por ese tu mirar.

Detrás de esas tus pestañas se te escapa,
es el amor que trasciende... desde muy hondo.
Por la fuerza de tu mirar... que atrapa,
en todo el camino y hasta el fondo.

Es el amor sentido que tú al mirar,
y de tu corazón, algo... se te escapa.
Es la energía de tus ojos al mirar,
y mi ser atento... es como la atrapa.

Devuelve la alegría a mi alma en pena,
tus ojos... que irradian fuerza a mi corazón.
Que a la distancia, hacen olvidar mi pena,
derriten y trastornan el todo... en mi armazón.

Y tú sabes caminar... y tú sabes mirar,
así soy tu prisionero... mi vida... solo tuyo.
Pero, triste y necesitando tu forma de mirar,
así te busco para estar al lado tuyo.

Y cuando los dejas mirar... llenan y cautivan,
jamás soltarme... soy el recluso de tu mirar.
Que es a mí a quien quieren cautivar,
atrapan... a la distancia ojos tuyos al mirar.

Desespero... cuando voy... lejos y sin tu mirar,
solo, en la desesperanza a mi alma escapas.
Y concertar una cita para así podernos amar,
ya de lejos puedo verte... si soy capas.

Condenado a la distancia para así poderte ver,
no poder tu rostro con mis manos tocar.
Castigo que me da, el hecho de saber,
que no hay compasión, entonces dame tu mirar.

Pero a tus ojos no dejas ni mirar,
tu carita de ángel... tus ojos de muñeca.
Entonces porqué tú mi vida, esquivas mi mirar,
dando paso a mis caricias... ven y trueca.

Por los rincones me has empujado, sin mirar,
la oscuridad de tu ausencia, has olvidado ya.
Te he perdido y no lo puedo soportar,
entonces... es soñar contigo y no prohibirlo ya.

Madrugo a buscarte y no te puedo hallar,
te amo día y noche... a todas horas.
En la distancia si no te logro mirar,
crueldad a mi alma das... que no deploras.

Ya no quieres a tus ojos dejar mirar,
y recurro a ti... ven suspende tu maldad.
Pero hay veces, que creo... te sientes fastidiar,
¿Por qué tanto castigo y con tanta crueldad? A. G.



Volver...

Cuando tú mi amor, permites volverte a besar,
dejar ver tus ojos... la luz del día.
Confirmando que tú aún me quieres... al revelar,
fue en un momento... todo uno... aquel día.

Supe de tu amor... de ese amor contenido,
inolvidable, tesonero y firme como un gran roble.
Y entonces, hoy así recordé todo lo ocurrido,
que tu visita... revolcó en mi alma noble.

Pensaba mi cielo, algo... como en haberte perdido,
no por mi culpa... causa de tu proceder.
Y mi corazón que estaba lacerado y herido,
llegó a imaginar que todo iba a desaparecer.

Al volver, mi vida... aceptar... tú mis caricias,
tú mi amor divino... mi dueña... yo retorno.
A la gloria de tenerte y sin malicias,
la dicha que con tu recuerdo me conformo.

Todo... un amor grande que sigue siendo puro,
contener... mi tesoro, solo el aire que respiro.
Algo como un diamante... es cristalino y puro,
tú así lo pediste... y así te miro.

Así mi adoración, volver a aceptar mis caricias,
mi amor divino... retorno la gloria de saber.
Que te tengo mía, aunque sea por albricias,
Retorna... mi vida, la dicha... volverte a poseer.

Mi vida, son tus últimas visitas de ahora,
llenan... como un vaso roto por tu ausencia.
Dándole vigor al amor que por ti añora,
tornar a la dicha... no tener tu esencia.

Sentir... tu respiración cerca, muy cerca de mí,
constituye un acto sublime al tenerte y poseerte.
En tus visitas para mí... solo para mí,
Hoy soy el más alegre... solo por tenerte. A. G.


Hermosa...

Tú, la hermosa mujercita de junio en flor,
desde que te vi, amor... ya te esperaba.
Eres tú toda sencillez, dulzura, dicha y candor,
tú, llagaste a mí... hasta donde yo estaba.

Yo ya averiguaba por ti y tu esplendor,
tu cuerpo esbelto... y tu juventud me cautivó.
Para en adelante ser tu amigo y servidor,
y así, muy ilusionado... tu ser me motivó.

Para establecer una linda... firme relación de amor,
cuenta tú pues, conmigo... mi bien sin igual.
Yo soy libre y tú también mi amor,
tengamos pues, hermandad y una gran ayuda espiritual.

Ser tu amigo, mi amor, luego porque no,
también tu fiel, asistente y amoroso... tu servidor.
Seamos entonces, mi vida... un gran amor eterno,
de esos que duran la vida con amor.

Hasta que tú quieras, sin irte a estorbar,
será con amor... y con todo... con ternura.
Y entonces... los dos nos sabremos ya amar.
para que dure... y se prolongue sin amargura,

Todo, lo que puede la unión de corazones,
cerca o lejos, ser tu amigo del alma.
Sin escuchar a los demás, en sus opiniones,
Solos... en la vida, hermosa de mi alma. A. G.


Te siento...

Por primera vez te vi... ya te sentí,
hoy registro tu mirar, tu palpitar... tu ser.
No sé cómo, pero presiento hasta tu frenesí,
ya hoy te extraño... necesito todo tu ser.

Mi dueña del alma... ya te me entraste,
y ya sacarte de mi corazón no puedo.
Así te encontré y así tú me encontraste,
ya mucho menos sacarte de mi vida puedo.

Desde esa tarde... te encontré... supe de ti,
y envidié hasta el balcón de tus amores.
Tu ventana, tus recuerdos... tuve celos de ti,
porque iría amarte como se aman las flores.

Sabía que serías la mujer de mis amores,
la diosa... que aún me sacaría del olvido.
La reina de mi vida... de mis amores,
solo a ti, mi hermosa... no te olvido. A. G.



El día que me quieras.

Brillarán todos los luceros del cielo,
esos que quisiera bajarte y ofrecerte.
Mi hermosa del alma... mi desvelo,
porque me quieres... yo mucho verte.

Cuando tú resuelvas ser mi amor,
lo serás mi dueña... con fidelidad.
Serás mía con libertad y amor,
sin otros lazos... solo la lealtad.

Tu vida sola con la mía,
unamos nuestras vidas y nuestros cuerpos.
Y así lo serás novia mía,
siempre iré por ti... en pos.

Así que mía... tú lo serás,
que alegrarás a este tú corazón.
ya es tuyo... ya lo verás,
tú... el ama de mi corazón. A. G.


Nuestro primer beso...

Fue después de unos ligeros roces de labios,
dados a petición, de tu parte... por compasión.
Luego de una queja... sobre una gran decepción,
fue todo aquello... un beso en los labios.

Hoy, sé porqué, ese beso en los labios,
sé que lo sentí, lo experimenté con pasión.
Como un niño, ese beso en los labios,
al hacerlo te sentí mía... con gran emoción.

Aunque amantes... nunca me diste de tus labios,
solo a tu amor sentido, los dabas con pasión.
al permitirme esos besos dados en tus labios
no siendo yo el merecedor de tal distinción.

Unión de nuestros cuerpos, unión de nuestros labios,
solo al entregarte supe... me querías con pasión.
Al saberlo, mi dueña... diste vida y pasión,
Recuperé... esperanza... por ese beso en tus labios.

Vida mía, al fin... me diste tus labios,
con amor inmenso... los acepté con gran emoción.
ser así tu amor, amante... por esa acción,
un gran amor... fue más que un adiós. A. G.



Amor secreto...

Eres mi vida eso... nos ha tocado vivir,
mi cielo... esperar a que llegue el momento.
En el cual si podamos amarnos hasta morir,
entonces aguanto por verte, a pesar del sufrimiento

Esos besos... escondidos de todo y de todos,
son verdaderos... y más intensos de lo esperado.
Que momento... produce felicidad, solo a los dos,
ya no importa nada, sino la entrega esperada.

Sí... es delicia, la miel de tus besos,
esos que nos damos con pasión... que añoramos.
Sí, tú mi amor... quiero muchos de esos,
cadenas que nos unen... así más nos acercamos.

Y... nuestro amor se acrecienta más y más,
al tener la dicha regada por tu miel.
Por esto, nuestro amor secreto, solo vive más,
Se agranda... aún más, desde el día aquel.

Pues, es toda alegría... es la dicha esperada,
por secreto... es mejor así que lo tengamos.
Y desde entonces... solo quiero verte y enamorada,
al confirmar que es verdad que nos amamos

Pero tú mi niña, sábelo bien... eres primavera,
que llegó al otoño... mi vida, para quedarse.
Por siempre... vida, en mis recuerdos y quimeras,
tu mirada... carita enamorada, para mí, la primera. A. G.


El amor...

Cuando el amor... mi cielo... llega... se da,
entero... para y por los dos... y solo.
A nuestras almas, permitiendo que ellas se confundan
en un solo cuerpo... que ya existe solo.

Se manifiesta solo, con ardor, desbordante sin calma,
con una furia volcánica y aún sin murallas.
Es milagro... que se da en el alma,
para entonces, seguir raudo... y ya... sin vallas.

Y dejarlo escapar... es algo realmente muy erróneo,
pues éste aún solo se da por albricias.
Que surge ya como incontenible... grandioso y corpóreo,
real... intenso, como lo son también sus caricias.

El sentirlo así... el gozarlo así... inmenso, diáfano,
recordarlo a cada instante y gozarlo, así todo.
Con afán lo que nos da en vano...
morir por él y con él... fue todo.

Saber que al irnos... extasiados por el amor,
solo queremos repetirlo y sentirlo... más y más...
Hasta el infinito... y llenos de ese amor,
para entonces... sí... ya no dejarlo nunca... jamás.

Por ello el amor es inolvidable y eterno,
pues, luego los que lo sentimos... queramos olvidarlo.
No será posible... no podemos... pues es eterno,
y nos embriaga tanto... hasta no poder olvidarlo. A.G.



FIN

No hay comentarios: